DÍA 4

(1/octubre/2012)

            El 1 de octubre comenzamos la clase una vez más con una canción, en esta ocasión "Waterloo" de Abba, una canción animada, que realmente motiva y despierta. Esta al parecer es una técnica de la Gestault (saludar con música).

            Una vez escuchada la canción hicimos una dinámica, poniéndonos como siempre, delante de nuestras mesas formando un círculo, e hicimos una dinámica para aprendernos los nombres de todos, de forma que uno decía el nombre de todos los compañeros que están a su izquierda en el círculo, terminando con el de uno propio, y así continuamente. Está dinámica se hizo, sobre todo para que el profesor conozco los nombre de todos los compañeros a través de la repetición.

            Continuando con la clase, hablamos sobre la ética de la hospitalidad, ya que los seres humanos somos sociales e involuntariamente dependientes de los demás, no podemos vivir sin los demás, esto es precisamente muy importante para nosotros los educadores sociales. Las relaciones no son un continuo, bailan, es decir, tienen altibajos (como un electrocardiograma).

            Nuestra vida nunca es recta, siempre hay momentos felices y otros no tanto, pero esto es completamente necesario desde mi punto de vista, porque si no  somos a veces infelices, ¿cómo sentir felicidad?. Como educadores es completamente necesario conocer estas experiencias vitales, tanto a nivel personal y privado, como a nivel profesional.

            Este último aspecto es realmente importante, ya que muchas veces como personas que somos, debemos afrontar situaciones muy complicadas, y saber cómo llevarlas de la mejor forma es una cualidad que debemos desarrollar para poder llevar a cabo nuestra experiencia con otras personas, con los usuarios.

            Para terminar la clase, nos pusimos en grupos para debatir brevemente sobre la distribución de los temas y las visitas, es decir, la anterior clase, ya que hubo varios problemas. Una vez analizado en grupo, un representante de cada grupo salía al centro de la clase, y se sentó en una silla junto al resto de representantes de los demás grupos, y en un círculo cerrado, dando la espalda al resto de compañeros, se hizo la técnica de la pecera, que consistía en que ellos debatieran, y si alguien que no estaba en el circulo quería aportar algo nuevo se sentará en una silla que estaba sin ocupar en ese mismo círculo.

Al terminar esta técnica, en grupo de nuevo, comentamos cada uno de nosotros en que nos sentimos competentes. Por ejemplo en mi grupo, una se sentía perseverante, otra extrovertida y comprensiva, otra ocurrente, otra empática, yo, positiva.