DÍA 5
(8/octubre/2012)
El 8
de octubre comenzamos la clase de una manera diferente al resto de días, en
esta ocasión es una compañera, Irati, la que nos expone la dinámica con el fin
de perder la vergüenza con el resto de los compañeros. Cada uno de nosotros
cogió un papelito de una bolsa, en cada papelito había un nombre de un animal,
de forma que tuvimos que buscar al resto de nuestros compañeros a los que les
habría tocado el mismo animal que a
nosotros, sin decir nada, solo hacer gesto.
Una vez reunidos por grupos, Irati nos propuso dos temas
sobre los que teníamos que hablar en el grupo que nos toco (conejos), más tarde
se nos puso un vídeo con el fin de reflexionar sobre él. Se trataba de un vídeo en el que se explicaba la exclusión-inclusión explicado para niños. Sin duda
algunos, este vídeo fue genial, explicaba de una forma sencilla como es la sociedad
la que debe aprender a incluir a los mas excluidos, y no al contrario. Desde mi
punto de vista, esta es una de las bases de la educación social, pero muchas
veces no nos damos cuenta, y lo que es peor, la sociedad no se da cuenta.
Más tarde se decidió cuando iba a exponer cada grupo,
para lo que no hubo ningún problema. Después, apoyándonos en la teoría, reflexionamos
sobre nuestras inquietudes. Una acción se traduce en inquietud y viceversa. Una
de mis inquietudes es sin duda la de estar segura de mi misma, encontrar un
poco de calma, supongo que esto viene porque últimamente no he estado muy
tranquila precisamente, y sin duda necesito calma.
Para terminar la clase de
ese día, nos pusimos en círculo con el fin de hacer una nueva dinámica, esta
vez tres voluntarios, a los que previamente se les había dado unas ordenes, se
sentaron entre el resto de compañeros, uno de ellos se puso a dar palmas, y el
resto de la clase prosiguió, y lo mismo ocurrió con los otros dos voluntarios.
Esto me hace plantear la siguiente duda: ¿porqué seguimos el rollo a otros
cuando ni siquiera sabemos por qué? es una cuestión en la que he pensado mucho,
supongo que eso, en una pequeña porción, va con la personalidad de cada uno, pero no sé
si realmente estamos predeterminados a hacerlo.
Hola Saioa,
ResponderEliminarTendrás que indagar sobre tu calma y tu tranquilidad. Si necesitas calma es porque algo te ha inquietado o te inquieta. Seguro que tu competencia "positiva" hará que expreses, en el lugar adecuado, tu inquietud para llegar a la calma.
En cuanto a si estamos predeterminados, considero que más que predeterminados es nuestro nivel de conciencia ante las situaciones. Tomar conciencia de las situaciones. Por ejemplo, si estás esperando a que un semáforo se ponga verde para pasar y ves que, de repente, sin estarlo, la gente pasa, tu impulso será pasar también. (No te ha sucedido esto alguna vez???).
Si somos conscientes de la situación, decidiré qué hacer y no me moveré por lo que dictan los demás.
Saludos
Iñaki